domingo, mayo 29, 2005

Mientras la bandera estadounidense flameaba sobre las industrias muertas, Etel, se reía de las bromas que hacía su amigo Teddy. En el preciso momento que Etel dejaba de sonreir, un avión atravesaba su lóbulo frontal derecho, y le borraba la sonrisa eterna.
Mientras tanto en el extremo sur, sentado sobre unas viejas tejas, Mario, trataba de establecer una comunicación con la luna. Sin éxito, por supuesto.
Benito, el perrito, dentro de la casa, al lado de la ventana, que está debajo de Mario, aprovecha el silencio de la noche, para marcar territorio, sabiendo que a su dueña le molesta.
Gasparín, no pudo esperar el llamado y se hizo presente habiendo escuchado el grito de socorro de Mario. Gasparín, parecía ser el delivery drinks. Traía cerveza, energizante, vino, tequila, y otras hierbas.
La noche no terminaba más, entre recitales, amigos, luna y fantasmas.
Al día siguiente, Mario, despertó pensando que había soñado algo increíble, la bandera yanqui, dejó de flamear, y ahora ardía, víctima de la confoabulación de todos los países.
Todo habría comenzado con un atentado suicida, que le costó la vida a Etel.

ZeVa

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