lunes, junio 25, 2007

De muertes y palas

-Señor, ¿me va a prestar la pala?
-Pero ¿la vas a separar de la grasa…?
Recién en ése momento se presentó en su cabeza la imagen del escatológico trabajo a realizar. Cerdos y palas.
Pero sin más improvisó:
-Sí claro
-Bueno, voy a ver… dejame pensarlo, mañana te digo- Y diciendo ésto se alejó del pequeño cuerpo que le estaba causando malestar.
-Pero yo necesito la pala ahora…-Y mientras decía esto, recordó que el dueño de la pala era católico. Maldijo las religiones por dentro.

Gabriel había procurado pasar los días de su vida, alejado del piso. Claro que era prácticamente imposible. No era la cercanía de su cuerpo al piso lo que le molestaba, sino la distancia que mantenía su cara con el suelo. Quizás no era más que la negación a la muerte.
La presencia física de aquel lunes, lo había sorprendido terriblemente agotado en horas de la mañana. Con muchas dudas Gabriel apoyó su mejilla en el piso frío.
Así Gabriel se entregó a la muerte…

ZeVa

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