Labios de Hoy

Mientras se desarrollaba una atípica exposición de poesía en la retrógrada ciudad. Cómo era común, Angélica, ya bajo los efectos del alcohol, aún antes del evento, merodeaba la zona del escenario, y del público, cómo queriéndo hacerles saber a todos, que ella estaba presente.
Por supuesto, al margen de ésto, nunca pasaba desapercibida por su figura casi perfecta, y su maquillaje que dejaba entrever su caracter... interesante. Algunos poetas le daban demasiada importancia a su presencia, otros tan sólo la observaban, como fantaseando algun dia llegar a hacer algo con ella.
Jeremías que nunca permitió que su relación con Angélica se deteriore; Bajó del escenario, casi empapado de transpiración, temblando, y un poco atontado, por los nervios se dirigió a la barra a tomar un trago.
Angélica lo esperaba sentada sobre el viejo tablón, con un vaso lleno de vino. Permanecía con la mano que sostenía el vaso, apoyada en los labios y con sus ojos entre abiertos mirando el parlante. Ella sabía que Jeremías se acercaba, pero simulaba no haberlo visto, para analizar cada movimiento que surja de Jeremías.
- Servime lo que tengas -le dijo Jeremías a Jorge que permanecia atrás del tablón-
- Bueno, no tengo mas que vino y gaseosa
- Vino, dame vino...
Angélica se caracterizaba por ser ansiosa, y no dejó pasar la oportunidad para demostrarlo, cuándo sin siquiera voltear la cabeza para mirar a Jeremías, le dijo:
-Estuviste bien
A lo que, con aires de grandeza, Jeremías tomó un sorbo de su vino la miró y le agradeció. Pero Angélica no se iba a quedar con tan sólo éso...
...lentamente se acercó a Jeremías y se posicionó justo al frente de él. Poco a poco se fué acercando, hasta dejar tan solo una gota de vino entre medio de ambos labios. Tan sólo un segundo después de que Jeremías reaccione, Angélica ya se había ido, riendo a carcajadas y haciéndose notar ante el público que trataba de concentrarse viendo el recitado de poesías.
El evento cultural llegaba a su fin, y las sensaciones de alegría, tristeza, nostalgia, emoción, amargura, sobrevolaban la zona.
Los poetas, salieron a la calle en su afán de tomar vino y conocer mujeres, hablar de huellas perdidas. Angélica no iba a dejar pasar la primer oportunidad que se presente, de sentir los primeros ingenuos labios del fin de semana.

ZeVa